Afectación cognitiva en la epilepsia. Algunos aspectos a considerar
Rev. Hosp. Psiq. Hab. Volumen 22 | Año 2025 | Publicación continua
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La epilepsia es una enfermedad conocida desde la antigüedad y uno de los trastornos del sistema nervioso
central (SNC) más frecuente. Es considerado un problema de salud mundial, con una afectación de entre
50 y 69 millones de personas.(1)
Muchos pacientes con epilepsia, conservan sus habilidades intelectuales y llevan un estilo de vida normal,
aunque otros tienen una mayor propensión al deterioro cognitivo,(2-4) que puede ocurrir en
aproximadamente el 70-80 % de estos pacientes, que implica diversas características relacionadas con la
enfermedad.(2,5)
Aproximadamente, las 3/4 partes de los pacientes con epilepsia inician sus crisis durante la infancia y es
usual que éstos tomen medicación anticomicial por largo tiempo.
Por consenso, algunos niños con epilepsia, sufren un impacto directo sobre las funciones cognoscitivas y/o
la conducta. En edades pediátricas, los pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar disturbios cognitivos
y conductuales. Estamos ante una enfermedad crónica del sistema nervioso central, por ende, mayor riesgo
y mayor deterioro cognitivo que la población general.
Los síntomas de presentación pueden ser, la detención o regresión en el desarrollo, dificultades en el
aprendizaje o una marcada fluctuación en las habilidades cognoscitivas.(4)
En las personas adultas con epilepsia, la mayoría de los problemas cognitivos incluyen déficits de memoria,
atención y función ejecutiva y el lenguaje entre las funciones más afectadas.(3)
Se considera que los niños prepúberes con epilepsia, tienen un riesgo diez veces mayor de deterioro
intelectual en comparación con los controles de la misma edad. El criterio de que el deterioro cognitivo se
diagnostica después de la manifestación de la epilepsia en la mayoría de los pacientes, es predominante.
(6)
Se señala que estos sufren significativamente un deterioro de la atención, la memoria, las funciones
visoespaciales y del lenguaje en comparación con los niños sanos. Además, sobrellevan el deterioro
cognitivo, relacionado con la variedad de características clínicas de la epilepsia que padecen.(5)
Es significativo tener en consideración que la valoración individual del paciente es importante, pues la
interacción de los factores antes mencionados tiene una amplia variabilidad entre los individuos.(4)
Las evaluaciones cognitivas regulares, esenciales para los pacientes con epilepsia, pueden incluir la
entrevista clínica, la observación, el Mini-Examen del Estado Mental (MMSE) y la Evaluación Cognitiva
de Montreal (MOCA), entre otras, son las herramientas principales que se utilizan para diagnosticar el
grado de deterioro cognitivo. También se han observado alteraciones en los parámetros del EEG
(electroencefalograma), como descargas epileptiformes interictales, que afectan significativamente la
actividad cerebral, particularmente de la memoria.(6,7)