medicamentos, movilización y/o cualquier otra actividad de asistencia que garantice el funcionamiento
del paciente de forma satisfactoria.(8)
Cuidar es una tarea difícil, ya que el cuidador debe conocer las necesidades de la persona a la que cuida y
saber cómo satisfacerlas, lo cual requiere una cantidad de trabajo que puede ser breve o interminable,
convirtiéndose en una rutina diaria que ocupa gran parte de los recursos y energías del cuidador, sin
disponer, por lo general de capacitación o remuneración por la tarea.(9) En este sentido, los cuidadores para
asumir su rol pueden tener como motivación humanidad, amor y gratitud por la existencia de una
implicación emocional entre el binomio cuidador-cuidado, o por el contrario, por obligación, para evitar
la crítica y el reproche de los demás miembros de la familia, la sociedad o porque nadie más puede hacerse
cargo.(10)
Cuidar a una persona con discapacidad implica modificar las funciones a las que se está acostumbrado.
Ante esta realidad, los cuidadores informales por lo general se afectan en el orden físico, psicológico y/o
socioeconómico, lo que en su conjunto conlleva a una sobrecarga que interfiere en el manejo adecuado del
enfermo y en la satisfactoria evolución de la enfermedad, y provoca al mismo tiempo el empeoramiento
de la calidad de vida del cuidador; (11) donde el afrontamiento es una variable que ha recibido moderada
atención por parte de los investigadores por su papel mediador o modulador del estrés y la sobrecarga en
el cuidador.(12)
El afrontamiento se define a aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que
se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como
excedentes o desbordantes de los recursos individuales.(13) Puede clasificarse en función de la orientación
y el carácter de los mencionados esfuerzos.(14) Respecto a la orientación, se clasifica en afrontamiento
centrado en el problema (dirigido a resolver los retos) y afrontamiento centrado en la emoción (dirigido a
gestionar las emociones). En función del carácter, se clasifica en afrontamiento activo (intentos de
solucionar, minimizar o re-evaluar el problema) y en afrontamiento pasivo (evitación del problema). En lo
que respecta al cuidador, la presencia de un determinado estilo de afrontamiento puede estar relacionada
con su personalidad premórbida, experiencias previas, motivaciones, apoyo social percibido y con
diferentes niveles de salud, al tomar en consideración el carácter modulador de la relación salud-
enfermedad que tiene esta variable.
La presente propuesta, en adición, justifica su pertinencia y utilidad no solo porque se centra en traer a los
cuidadores del centro de la vida al centro de la ciencia para visualizarlos como agentes de salud y de
cambio, sino porque también tributa a la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados; iniciativa que persigue
favorecer la articulación y colaboración entre instituciones, organizaciones y actores sociales que tributan
a las investigaciones y buenas prácticas sobre los cuidados en Cuba. Entre sus ejes se distinguen la
investigación, la sensibilización, la formación y capacitación, el acompañamiento, la comunicación y la
incidencia política; lo cual constituye un paso más en la intención y el compromiso que debe tener la