Este material es publicado según los términos de la Licencia Creative Commons Atribución–NoComercial 4.0. Se permite el uso,
distribución y reproducción no comerciales y sin restricciones en cualquier medio, siempre que sea debidamente citada la fuente primaria
de publicación.
Discusión
Estudios sobre el estrés académico indican que los estudiantes de medicina presentan mayores niveles
que los de otras profesiones, situación que se asocia a los estresantes a que están expuestos en el ámbito
docente, manifestado con respuestas de actitud en ocasiones deficientes, falta de resolución al problema
y repercusión en el contexto social.
(15)
En el presente estudio predominaron las edades de 20 a 24 años, con una media de 27,2 años y en su
mayoría del sexo femenino. Estos resultados concuerdan con estudios como el de Jerez y Oyarzo,
(16)
que
encontraron alta prevalencia de estrés en estudiantes universitarios, con predominio del sexo femenino.
Por su parte Pozos y otros,
(17)
en su investigación el rango de edad estuvo comprendido entre 17 y 21
años, con promedio de 18,87 (±1,19) años, entretanto Guillen y otros,
(18)
hallaron predominio del sexo
femenino, resultados que coinciden con este estudio.
Un alto número de estudiantes presentó niveles de estrés de bajo a alto, según los resultados del
inventario SISCO Tridimensional de estrés académico. Como se observó en el estudio predominan los
niveles altos de estrés antes del tratamiento y después de aplicado existió superioridad en el nivel bajo,
de manera que, dejaron de existir los niveles altos.
Según estudios de Teque y otros,
(19)
todos los estudiantes de enfermería tienen un nivel de estrés
moderado, atribuido a la sobrecarga académica, las evaluaciones que los afectan a nivel físico,
psicológico y conductual. Se concuerda además con Pozos y otros,
(17)
quienes en su análisis descriptivo
obtuvieron un 30 % de estudiantes de medicina con niveles altos de estrés crónico.
Según Guevara y otros,
(20)
los niveles elevados de estrés son perjudiciales para la salud de los estudiantes
y su rendimiento académico, y están asociados con trastornos como la depresión, ansiedad, irritabilidad,
baja autoestima, insomnio, asma, hipertensión arterial y úlceras, entre otros.
Al analizar la sintomatología referida por los estudiantes antes y después del tratamiento, se encontró que
antes del tratamiento predominan los trastornos del sueño, seguidos de cansancio y dolores de cabeza o
migraña; y luego de aplicado el mismo predominan ya en menor medida los trastornos del sueño, el
cansancio y la depresión o tristeza, que disminuyó con relación al inicio.
En este sentido Jerez y Oyarzo,
(16)
plantean que, los síntomas que se presentan con mayor prevalencia en
los estudiantes son la somnolencia, problemas de concentración e inquietud, siendo el primero el que se
presenta con mayor proporción. Se concuerda además, con otras investigaciones como Cabanach y
otros,
(8)
quienes encuentran los trastornos del sueño y la cefalea como principales manifestaciones
clínicas. En tanto Yosetake y otros,
(21)
señalan como principales exponentes las enfermedades atópicas,
cefaleas y gastritis.