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Revista del Hospital Psiquiátrico
de La Habana
Volumen 18 | Nº 3 | Año 2021 ISSN: 0138-7103 | RNPS: 2030
_____________________________________________
Artículo de revisión
Déficits neurocognitivos en pacientes con enfermedad oncológica
Neurocognitive deficits in patients with oncologic disease
Charles Y. da Silva Rodrigues1,2
Paula A. Carvalho de Figueiredo1,3
1Universidad de Guanajuato. Guanajuato, México.
2Sistema Nacional de Investigadores (SIN). Ciudad de México, México.
3Universidad Abierta de Lisboa, Centro de Estudos das Migrações e das Relações
Interculturais (CEMRI). Lisboa, Portugal.
Recibido: 17/1/2021
Aceptado: 23/3/2021
RESUMEN
Introducción: Los déficits neurocognitivos en pacientes oncológicos pueden surgir por tumores
encefálicos; por tumores malignos que metastatizan hacia el sistema nervioso central que son,
principalmente, los de pulmón, seno, melanoma gastrointestinal, colorrectales y otros no
identificados, considerados los más frecuentes entre la población mundial; y por los efectos
neurotóxicos de las terapias utilizadas contra el cáncer.
Objetivo: Describir los déficits neurocognitivos en pacientes con enfermedad oncológica
referidos en la literatura.
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Métodos: Se revisaron artículos, libros, manuales y documentos especializados de producción
científica en las bases de datos y directorios: EBSCOhost, Scopus, Springer Protocols, Springer
Journals, BioOne, Cambridge Journals Collection, Elsevier Science Direct, Wiley Online Library,
Nature, Emerald, Google Bocks, Google Scholar, PubMed, Dialnet, SciELO, DOAJ, Latindex y
REDIB, utilizando descriptores en inglés, portugués y español.
Desarrollo: A través del programa para análisis de datos cualitativos ATLAS.ti, versión 9, fue
posible realizar una clasificación por familia de categoría para el déficit neurocognitivo y
enfermedad oncológica. En este sentido se revisaron las subcategorías: atención y funciones
ejecutivas, percepción, memoria y aprendizaje, y lenguaje, a partir de la tumoración primaria,
secundaria y secuelas de la intervención terapéutica. Las redes relacionales obtenidas de este
proceso permitieron codificar, organizar e identificar referencias cruzadas de los conceptos, a
como la realización de esta revisión bibliográfica.
Conclusiones: El déficit neurocognitivo puede surgir como una consecuencia de la enfermedad
oncológica en todos los niveles. La principal preocupación es el impacto del déficit en la
autonomía y calidad de vida del paciente.
Palabras clave: déficit neurocognitivo; tumoración; cáncer; oncología.
ABSTRACT
Introduction: Neurocognitive deficits in oncological patients can arise from brain tumors; from
malignant tumors that metastatize to the CNS, which are mainly those of the lung, breast,
gastrointestinal melanoma, colorectal and other unidentified ones, which are considered the
most frequent among the world population, and from the neurotoxic effects of the therapies
used against cancer.
Objective: To describe the neurocognitive deficits in patients with oncologic disease reported
in the literature.
Methods: Articles, books, manuals and specialized papers of scientific production were
reviewed in the databases and directories: EBSCOhost, Scopus, Springer Protocols, Springer
Journals, BioOne, Cambridge Journals Collection, Elsevier Science Direct, Wiley Online Library,
Nature, Emerald, Google Bocks, Google Scholar, PubMed, Dialnet, SciELO, DOAJ, Latindex and
REDIB, using descriptors in English, Portuguese and Spanish.
Development: Through the qualitative data analysis program ATLAS.ti, version 9, it was possible
to carry out a classification by category family for neurocognitive deficit and oncological
disease. In this respect, the subcategories attention and executive functions, perception,
memory and learning, and language were reviewed, based on primary and secondary tumors,
and sequelae of the therapeutic intervention. The relational networks obtained from this
process made it possible to codify, organize and identify cross-references of the concepts, as
well as the carrying out of this literature review.
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Conclusions: Neurocognitive deficit can arise as a consequence of the oncological disease at all
levels, the main concern being the impact of the deficit on the patient’s autonomy and quality
of life.
Keywords: neurocognitive deficit; tumor; cancer; oncology.
Introducción
La enfermedad oncológica se conceptualiza por una serie de padecimientos con
diferentes tipologías fenotípicas, que en cualquiera de sus formas potencia en el tejido
nervioso un deterioro progresivo del funcionamiento general y ejecución básica del
órgano o sistema afectado.(1,2,3) En el caso del cerebro, se pueden verificar déficits
neurocognitivos inducidos por tumoración primaria cuando la masa tumoral se
encuentra localizada en la región encefálica; secundaria, cuando surge en el cerebro
metástasis de tumores localizados en otras partes del cuerpo; o por intervención
terapéutica o tratamiento contra la propia enfermedad, sobre todo, en situación de
radioterapia, quimioterapia o cirugía.(1,4)
En el ámbito de la tumoración primaria, debe referirse que la propagación celular puede
realizarse de tres diferentes formas: 1) Por crecimiento difuso, cuando la tumoración
presenta una masa localizable pero, se expande de manera inexacta e infiltrante en el
parénquima cerebral o en el espacio subaracnoideo;(5) 2) Por crecimiento múltiple o
multicéntrico, que se refiere a un tumor con más de un núcleo de masa tumoral de tipo
meningiomatosis y que, a su vez, crece en diferentes direcciones, como sería, por
ejemplo, el caso del glioma multicéntrico;(6) 3) Por reincidencia o recurrencia tumoral
que representa el crecimiento de un tumor que reaparece en la misma región después
de haber sido eliminado o curado totalmente.(7)
Entretanto, la tumoración secundaria o metástasis intracraneal representa la forma de
extensión de una masa tumoral primaria que alcanza el Sistema Nervioso Central (SNC).
La capacidad de infiltración de células cancerígenas en la barrea hematoencefálica y
sus habilidades para sobrevivir en ese ambiente son un reto para la ciencia.(8,9) Cabe
señalar que su incidencia es de casi 30 %, en comparación con todas las demás neoplasias
identificadas en el ser humano, de manera que la afectación metastásica del encéfalo
es la complicación neurológica más común entre los pacientes oncológicos y,
consecuentemente, la que causa mayores limitaciones a nivel funcional, incluyendo el
déficit neurocognitivo.(1,4,5)
Los principales tumores que metastatizan hacia el cerebro son los de pulmón, en
especial el no microcítico, con una incidencia de 50 % de probabilidad, sobre todo en
jóvenes, los que presentan lesiones de gran dimensión, asociadas a invasión
angiolinfática y donde se encuentren involucrados los ganglios hiliares; los de seno o
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mama, con una incidencia de entre 15 % y 30 % de probabilidad donde se presentan
mutaciones de BRCA1, que la paciente sea joven y la dolencia sea de tipo triple
negativo; el melanoma, con una probabilidad de entre 6 % y 7 % de incidencia en el SNC,
especialmente, cuando el origen de la tumoración incide en la región de la cabeza o del
cuello, con invasión leptomeníngea.(1,4,8)
Otras formas de tumores secundarios o metastásicos, aunque con una incidencia inferior
a los 6 % de posibilidad de diseminación y sin que se hayan identificado factores de
riesgo específicos, son los tumores gastrointestinales, colorrectales y tumores atípicos
o no identificados. Una vez que el equipo multidisciplinario conozca las características
referidas anteriormente, es esencial que se realice una clasificación de la masa tumoral
con base en las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es decir, nivel
de desarrollo de la masa tumoral con el riesgo correspondiente y posible pronóstico del
enfermo oncológico.(1,4,9)
Por fin, el tratamiento tiene como propósito cuidar y, siempre que posible, curar y
devolver al paciente una vida normal; sin embargo, la intervención terapéutica no
siempre es tan efectiva como se podría esperar, y puede traducirse en malestar y
déficits neurocognitivos.(3,4) La citotoxicidad se presenta como característica común en
el tratamiento por radioterapia, así como en casi todos los demás tratamientos
oncológicos, de tal manera que afecta las células tumorales o cancerígenas, pero
igualmente incapacita muchas de las células sanas. Sus efectos tóxicos pueden
manifestarse de manera temprana y con síntomas severos e irreversibles; o tardía, con
signos leves y potencialmente reversibles.(2,4,5)
En el mismo orden de ideas, podemos referir la quimioterapia, que siendo una de los
tratamientos más comunes en la atención de la enfermedad oncológica, es también muy
agresiva. Con frecuencia, su agresividad química presenta un alto potencial de toxicidad
metabólica, el cual puede desencadenar ciertas alteraciones neurológicas, como la
encefalopatía tóxico-metabólica, la leucoencefalopatía o la radionecrosis, y, sobre
todo, cambios en los mecanismos neurocognitivos. Debe referirse que estos cambios
neurocognitivos pueden aparecer asociados a comorbilidades de tipo afasia, agnosia,
apraxia u a cuadros clínicos independientes que afectarían aún más el proceso de
rehabilitación cerebral.(1,4,8)
En lo que concierne al proceso quirúrgico puede indagarse sobre un riesgo natural de
complicación vascular, infección o reacción a la anestesia; a estas amenazas se pueden
agregar complicaciones neurológicas cuando la cirugía se realiza al nivel del encéfalo o
de la médula espinal. El mayor potencial de riego se presenta durante la operación,
aunque también se pueden dar importantes contratiempos clínicos después de la
intervención. Preocupan de forma especial las hemorragias causadas comúnmente por
lesiones en los vasos sanguíneos, ya sea que se manifiesten de inmediato y propicien
una situación de gravedad en el momento; o que surjan pasadas algunas horas de la
lesión.(4,9,10)
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Otras consecuencias podrían ser infarto o isquemia cerebral, déficits neurológicos y, en algunas
situaciones, crisis epilépticas temporales causadas por la irradiación celular, debido a la
manipulación de la corteza cerebral, a una inflamación o a la misma cicatriz. Como resultado
indirecto del proceso quirúrgico, la más común es la hidrocefalia de presión normal que se
produce a partir de la acumulación del líquido cefalorraquídeo en el interior del cerebro, por
una obstrucción que generalmente causan los residuos quirúrgicos tales como desechos de
proteínas, hematomas y/o productos hemostáticos. No obstante, cualquiera de las afectaciones
anteriores estarán seguramente acompañadas de alteraciones en el funcionamiento de los
mecanismos neurocognitivos.(1,4,10)
La localización de la masa tumoral, así como su tamaño, velocidad de crecimiento y forma en
cómo afecta el tejido nervioso (compresión o infiltración), son los criterios que permiten
identificar una serie de signos neurocognitivos o neurológicos comunes y atenderlo de manera
inmediata.(2,5,10) En este sentido, se realizó una revisión bibliográfica para identificar y dar a
conocer los mecanismos neurocognitivos más afectados frente a la tumoración primaria,
secundaria e intervención clínica, considerando los mecanismos atencionales, funciones
ejecutivas, memoria, aprendizaje, motricidad, habilidades sensoriales-motoras, lenguaje y
percepción.(1,4)
Métodos
La presente revisión de la literatura estableció determinados criterios de elegibilidad para los
documentos analizados: fecha de publicación a partir del 2011, idioma de los trabajos inglés,
portugués o español; y que el método de las investigaciones fuera de tipo: estudio de caso y
controles, estudios de cohorte y estudios trasversales que trataran sobre los déficits
neurocognitivos en pacientes oncológicos desde una perspectiva psicológica, neuropsicológica,
neurológica u oncológica. Así, se identificaron y revisaron publicaciones de entre los años 2011
y 2021 en población adulta, hombres y mujeres de entre los 30 y 60 años de edad que
presentaran alteraciones neurocognitivas por tumoración primaria, secundaria, metástasis o
terapéutica contra la enfermedad.(11)
Se recopilaron los artículos científicos a través de una comprobación en las bases de datos
electrónicas, considerando las palabras clave más mencionadas en la bibliografía y
recomendadas por expertos en el área. La búsqueda se realizó en las siguientes fuentes de
información que estaban disponibles en el Sistema Bibliotecario de la Universidad de Guanajuato
y que permitían el acceso integral de las publicaciones seleccionadas: EBSCOhost, Scopus,
Springer Protocols, Springer Journals, BioOne, Cambridge Journals Collection, Elsevier Science
Direct, Wiley Online Library, Nature y Emerald, además se utilizaron bases de datos de acceso
libre: Google Bocks, Google Scholar, PubMed, Dialnet, SciELO, DOAJ, Latindex y REDIB, durante
los meses de agosto y octubre del 2021, siendo que la última pesquisa se realizó el día 31 de
octubre de 2021.(11)
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Resultado del análisis
A través del programa para análisis de datos cualitativos ATLAS.ti, versión 9, fue posible
codificar la información de cada uno de los documentos analizados, creando categorías objetivas
y sistemáticas.(12,13) En este caso, se realizó una clasificación por familia de categoría para el
déficit neurocognitivo, considerando las subcategorías: atención y funciones ejecutivas,
percepción, memoria y aprendizaje, y lenguaje; y la categoría de enfermedad oncológica, para
las subcategorías de tumoración primaria, secundaria y secuelas de la intervención terapéutica.
Las redes relacionales obtenidas de este proceso permitieron codificar, organizar e identificar
referencias cruzadas de los conceptos, así como la realización de esta revisión bibliográfica.(14)
Atención y funciones ejecutivas
Los ficits neurocognitivos en la tumoración primaria y secundaria pueden delimitar la
calidad y cantidad de información recogida desde las acciones del entorno y de las relaciones
que hacen parte de un determinado contexto. Una afectación frontal con extensiones parietales
podría delimitar el funcionamiento selectivo de la atención, imposibilitando el reconocimiento
de los estímulos más importantes entre una cierta diversidad ambiental y la trasferencia
atencional de un objeto a otro. Mientras que lesiones en la circunvolución cingulada y los lóbulos
frontales interfieren con la funcionalidad de la atención dividida o de supervisión que tiene
como propósito enfocarse en varios estímulos externos que, aun cuando no sean parte de la
información principal, podrían estar relacionados.(1,4,15,16)
Cuando la masa tumoral se comprime o se infiltra en el giro cingulado, tálamo o neocorteza, la
atención sostenida pierde la capacidad de realizar el procesamiento temporal y limitado de
datos, esencial para los procesos de concentración y consciencia perceptiva. De igual manera,
la atención voluntaria, que está asociada a la supervisión del entorno con base en las
preferencias personales del individuo; y la atención involuntaria que se activa frente a estímulos
externos que puedan llamar la atención a través del movimiento, colores, velocidad del
estímulo, entre otras; también podrían estar altamente afectadas.(1,15,17,18)
Las funciones ejecutivas y mecanismos atencionales comparten una serie de acciones
complejas, a partir de la activación de la corteza prefrontal y giro cingulado, así como: la
previsión de objetivos y anticipación de situaciones, planificación, organización y priorización
de tareas o actividades, y toma de decisiones, además de ejecutar manifestaciones de
entusiasmo, motivación y perseverancia. La afectación frontal provoca una interrupción parcial
o total de las redes que conectan las estructuras subcorticales con la corteza, o con otras
regiones corticales del cerebro, por eso se puede inferir que el daño, en prácticamente
cualquier región del cerebro, puede afectar los mecanismos de la atención y de las funciones
ejecutivas.(4,16,17,19)
En lo que concierne a la intervención, importa referir que la velocidad de procesamiento,
atención y funciones ejecutivas pueden aparecer afectadas durante o después de las sesiones
de radioterapia; lo mismo que en la quimioterapia, excepto cuando los antineoplásicos causan
encefalopatías, síndrome cerebeloso o episodios similares a derrames cerebrales que por sí,
implican también, lentificación del procesamiento de información, incapacidad para el
procesamiento simultáneo de los estímulos, y disminución de la fluidez semántica. Sin embargo,
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es importante referir que algunos de estos síntomas podrían ser consecuencia de un trastorno
de ansiedad, depresión, estrés, angustia emocional u otras enfermedades del foro
neuropsiquiátrico.(20,21)
Percepción
Se considera un mecanismo neurocognitivo esencial para la conciencia, basado en una realidad
vivenciada a través de los sentidos y, por lo tanto, fundamental para los mecanismos de
pensamiento, memoria y aprendizaje. Su principal fuente de recopilación de datos es la visión
o el procesamiento de información visoespacial que atribuye a un individuo la capacidad de
reconocer objetos de forma visual, a partir de sus características, localización y relación
espacial con otros objetos; y el procesamiento de información visoconstructiva, que se entiende
como la capacidad para utilizar la percepción del objeto y del espacio con el propósito de
construir nuevos escenarios ambientales.(1,4,22,23)
La tumoración por compresión o infiltración en regiones superiores de los lóbulos parietales,
surco interparietal o campos oculares de la región frontal puede generar alteraciones al nivel
de la atención visoespacial, mientras que en regiones como el putamen, núcleo caudado, ínsula,
giro superior temporal o sustancia blanca paraventricular se puede desarrollar negligencia
visoespacial. No obstante, estas alteraciones en la atención visual pueden ser hemisféricamente
bilaterales, a pesar de que su manifestación más frecuente se presenta cuando la tumoración o
metástasis se encuentran en el hemisferio izquierdo.(1,4,23,24)
Aunque las funciones visoespaciales son, en lo esencial, de ejecución, el lenguaje sigue siendo
un factor asociado, pensando por ejemplo que lesiones oncológicas cerebrales de los lóbulos
frontales causan alteraciones en las habilidades para la resolución de problemas y la
planificación, por una dificultad en el enfoque de la construcción compleja de las tareas;
mientras que lesiones temporales, con posible extensión tumoral hacia la región frontal, limitan
la comprensión afectiva; en este caso, como el paciente no tiene perspectiva visual del objeto,
no es capaz de atribuirle algún significado emocional. En cuanto a los tratamientos, únicamente
la quimioterapia y radioterapia pueden generar algunas complicaciones o comorbilidades, como
por ejemplo las agnosias.(1,4,22,24)
Memoria y aprendizaje
Este mecanismo neurocognitivo, entre otras funciones, es responsable por el registro de la
información sensorial del entorno, y la manipulación de los datos recogidos, siempre que sea
necesario para contextualizarlos y consolidarlos en nuevas redes neuronales del hipocampo o
de la corteza prefrontal, esto considerando los procesos mnésicos de corto plazo, como sea la
memoria sensorial y de trabajo, respectivamente. Mientras que la memoria de largo plazo
desempeña funciones frontotemporales relacionadas con aspectos declarativos como son los
hechos, personas, lugares o cosas que se recuerdan de manera consciente y deliberada, es decir,
el “saber qué”; y no declarativos que están asociados a las sensaciones, capacidades y
habilidades que se recuerdan de modo no consciente, o sea, el “saber cómo”.(1,25,27)
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Una tumoración cerebral o una metástasis en el encéfalo puede comprometer de manera
importante la acción neurocognitiva de la memoria y aprendizaje, justamente por la dificultad
en adquirir nueva información (codificación); la imposibilidad de mantener esa nueva
información en el sistema mnésico (retención o almacenamiento) y la incapacidad de recuperar
la información previamente almacenada (recuperación). La compresión o infiltración afectan el
hipocampo, amígdala u otras estructuras del sistema límbico surgen dificultades en la
contextualización de las memorias o la recuperación de datos que anteriormente hayan sido
omitidos por falta de utilidad inmediata (preconsciente).(4,26,29)
De manera general, la pérdida de memoria aparece en consecuencia de alteraciones en la región
media de los lóbulos temporales, en las estructuras talámicas o cuando se ubica cerca de ellas,
en el cerebro anterior basal y en redes de comunicación celulares que afectan a la región
frontal. Sin embargo, la acción mnésica muestra mayor afectación frente a la intervención
oncológica, en el caso farmacoterapéutico, el uso desajustado o inapropiado de corticosteroides
puede producir miopatía, diabetes, alteraciones del estado de ánimo, psicosis y deterioro
cognitivo en otros mecanismos; y cuando la sustancia afecta al hipocampo o corteza prefrontal
pueden generar alteraciones mnésicas cruciales.(4,27,28)
La intervención quirúrgica cerebral, dependiendo de la región donde se efectúa, puede generar
alteraciones mnésicas posteriores a la operación o de forma progresiva en la etapa
posquirúrgica. Cuando estos procedimientos se realizan al nivel de los lóbulos temporales,
ocurren alteraciones en la memoria verbal, en la región no dominante; y alteraciones en la
memoria visoespacial, en afectaciones de la región dominante. Si el tumor está localizado en la
corteza prefrontal, pueden surgir alteraciones en la velocidad de procesamiento, aprendizaje
condicionado e identificación de expresiones faciales asociadas a la emoción; y en el caso que
la extracción se realice en un área cercana al tercer ventrículo, además de los déficits de
memoria, surgirían también cambios en las funciones ejecutivas y motricidad fina.(1,27,28)
En los procesos de radioterapia el paciente puede manifestar atrofia cerebral, radionecrosis,
leucoencefalopatía difusa y, consecuentemente, alteraciones de tipo leve en los mecanismos
neurocognitivos, desde una sutil pérdida de memoria hasta un cuadro de deterioro global y
difuso. Mientras que la quimioterapia puede afectar, sobre todo, a los procesos de memoria,
concentración y velocidad de procesamiento de la información, aunque no sea posible
establecer un patrón concreto.(1,4,25,29)
Lenguaje
Una alteración del lenguaje reduce drásticamente la posibilidad de que el paciente pueda ser
autónomo, pues no le será posible asegurar sus actividades de la vida diaria o compartir con los
demás sus percepciones, síntomas, entre otros aspectos. En la enfermedad oncológica cerebral,
el lenguaje es posiblemente la afectación cognitiva más frecuente debido a su funcionalidad
lateralizada, es decir, depende del buen funcionamiento de ambos hemisferios: el dominante
para articulación y comprensión y el no dominante para prosodia, entendimiento de las
metáforas, detección emocional, entre otros.(30,31,32)
Las alteraciones derivadas de tumores primarios o metástasis en el cerebro, como sean por
ejemplo, las neoplasias, frecuentemente originarias de las regiones frontales o temporales, son
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la principal razón de las alteraciones lingüísticas, mientras que los gliomas pueden originar
alteraciones neurológicas focales; en estos casos surgen por interrupción o compresión de las
redes neuronales, así, es probable que después de la terapéutica aplicada con remisión o
disminución del tamaño de la tumoración, los síntomas disminuyan o, incluso,
desaparezcan.(31,33,34)
La implicación de los gliomas en este tipo de disfunción se puede asociar a la expansión de la
masa tumoral que, en determinadas situaciones, crea alteraciones estructurales permanentes
e irreversibles en redes neuronales dedicadas al lenguaje, un ejemplo son los gliomas de alto
grado que afectan y dañan grandes cantidades de materia blanca, aumentando la posibilidad de
afectar esas conexiones lingüísticas, siendo que las afasias son la principal comorbilidad de las
alteraciones cognitivas del lenguaje.(30,33,35)
En el caso de los meningiomas, las alteraciones neurocognitivas se presentan de manera
paulatina y pueden manifestarse hasta un año después del surgimiento de la tumoración a
diferencia de las neoplasias o gliomas malignos de crecimiento inicial repentino, cuando las
alteraciones pueden aparecer a las pocas semanas de su formación. Aunque los síntomas pueden
desaparecer después de los procesos terapéuticos, es importante recordar que, en el caso de la
intervención quirúrgica, dependiendo de las regiones donde los neurocirujanos intervienen, las
afectaciones en el lenguaje pueden disminuir, empeorar o estimular nuevos síntomas.(32,36,37,38)
La intervención quirúrgica focal es muy compleja, principalmente cuando la masa tumoral
incide en el hemisferio dominante y cercano de una de las regiones del lenguaje: área de Broca,
responsable de la articulación del lenguaje o área de Wernicke, responsable de la comprensión.
Considerando que el desarrollo de estas áreas es diferente en cada persona, porque depende
de la estimulación que hayan tenido, principalmente en la infancia, entonces sus delimitaciones
también lo serán.
A diferencia de la quimioterapia que, raramente genera alteraciones del lenguaje, la
radioterapia puede empeorar la fluidez verbal y tareas de denominación. Las secuelas no sólo
afectan la forma verbal del lenguaje, sino también la escritura, aun cuando es menor la
probabilidad de afectación a no ser cuando la tumoración invada una superficie importante del
área motora. No sobra decir que la escritura es imprescindible, especialmente cuando es el
único medio de comunicación del paciente que presenta alteraciones totales o parciales de su
capacidad comunicativa a través del lenguaje verbal.(34,39,40)
Déficits neurocognitivos
La enfermedad oncológica es una dolencia que genera un deterioro paulatino tanto del
funcionamiento general como de la ejecución básica del órgano o sistema afectado; su forma
maligna se denomina cáncer y es una de las principales causas de muerte en el mundo. Uno de
los aspectos más importantes de esta revisión es que incide en la afectación de los sistemas
neurológicos y mecanismos neurocognitivos provocados por tumores encefálicos; por tumores
malignos que metastatizan hacia el SNC que son, principalmente, los de pulmón, seno,
melanoma gastrointestinales, colorrectales y otros no identificados, mismos que se consideran
como los más frecuentes entre la población mundial; y por los efectos neurotóxicos de las
terapias utilizadas contra el cáncer.(1,4,5,7)
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Desafortunadamente la bibliografía es muy escasa y algo desactualizada, se encontraron algunos
estudios de caso, artículos con pocos participantes y en ciertas situaciones sin grupo de control
o de comparación con participantes sin déficits. Al parecer, existen dos importantes problemas
en los estudios sobre las limitaciones neurocognitivas en pacientes oncológicos, en primer lugar,
la falta de un protocolo de evaluación más completo y que incluya la medición de la personalidad
y regulación emocional (ansiedad, depresión y estrés), para descartar determinados síntomas
que podrían no ser exclusivos de la tumoración; y en segundo lugar, la creencia de que los
déficits neurocognitivos en oncología existen apenas en tumores cerebrales y de esta forma, la
medición de este fenómeno en diseminación y terapia es limitada.(2,3,4,8)
Conclusiones
En conclusión, el déficit neurocognitivo puede surgir como una consecuencia de la enfermedad
oncológica, tanto por tumoración primaria o secundaria, como por intervención terapéutica,
por lo que se pudo verificar que el impacto de estos déficits puede colocar en riesgo la
autonomía y calidad de vida de los pacientes.
Por lo anterior, sería fundamental que existiera un protocolo de evaluación oncológico más
completo y que contemplara la medición de los mecanismos neurocognitivos, regulación
emocional y personalidad en pacientes hospitalizados y ambulatorios con tumoración primaria,
secundaria o en fase de intervención.
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Conflicto de intereses
Los autores declaran que no tienen conflicto de intereses.