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Una tumoración cerebral o una metástasis en el encéfalo puede comprometer de manera
importante la acción neurocognitiva de la memoria y aprendizaje, justamente por la dificultad
en adquirir nueva información (codificación); la imposibilidad de mantener esa nueva
información en el sistema mnésico (retención o almacenamiento) y la incapacidad de recuperar
la información previamente almacenada (recuperación). La compresión o infiltración afectan el
hipocampo, amígdala u otras estructuras del sistema límbico surgen dificultades en la
contextualización de las memorias o la recuperación de datos que anteriormente hayan sido
omitidos por falta de utilidad inmediata (preconsciente).(4,26,29)
De manera general, la pérdida de memoria aparece en consecuencia de alteraciones en la región
media de los lóbulos temporales, en las estructuras talámicas o cuando se ubica cerca de ellas,
en el cerebro anterior basal y en redes de comunicación celulares que afectan a la región
frontal. Sin embargo, la acción mnésica muestra mayor afectación frente a la intervención
oncológica, en el caso farmacoterapéutico, el uso desajustado o inapropiado de corticosteroides
puede producir miopatía, diabetes, alteraciones del estado de ánimo, psicosis y deterioro
cognitivo en otros mecanismos; y cuando la sustancia afecta al hipocampo o corteza prefrontal
pueden generar alteraciones mnésicas cruciales.(4,27,28)
La intervención quirúrgica cerebral, dependiendo de la región donde se efectúa, puede generar
alteraciones mnésicas posteriores a la operación o de forma progresiva en la etapa
posquirúrgica. Cuando estos procedimientos se realizan al nivel de los lóbulos temporales,
ocurren alteraciones en la memoria verbal, en la región no dominante; y alteraciones en la
memoria visoespacial, en afectaciones de la región dominante. Si el tumor está localizado en la
corteza prefrontal, pueden surgir alteraciones en la velocidad de procesamiento, aprendizaje
condicionado e identificación de expresiones faciales asociadas a la emoción; y en el caso que
la extracción se realice en un área cercana al tercer ventrículo, además de los déficits de
memoria, surgirían también cambios en las funciones ejecutivas y motricidad fina.(1,27,28)
En los procesos de radioterapia el paciente puede manifestar atrofia cerebral, radionecrosis,
leucoencefalopatía difusa y, consecuentemente, alteraciones de tipo leve en los mecanismos
neurocognitivos, desde una sutil pérdida de memoria hasta un cuadro de deterioro global y
difuso. Mientras que la quimioterapia puede afectar, sobre todo, a los procesos de memoria,
concentración y velocidad de procesamiento de la información, aunque no sea posible
establecer un patrón concreto.(1,4,25,29)
Lenguaje
Una alteración del lenguaje reduce drásticamente la posibilidad de que el paciente pueda ser
autónomo, pues no le será posible asegurar sus actividades de la vida diaria o compartir con los
demás sus percepciones, síntomas, entre otros aspectos. En la enfermedad oncológica cerebral,
el lenguaje es posiblemente la afectación cognitiva más frecuente debido a su funcionalidad
lateralizada, es decir, depende del buen funcionamiento de ambos hemisferios: el dominante
para articulación y comprensión y el no dominante para prosodia, entendimiento de las
metáforas, detección emocional, entre otros.(30,31,32)
Las alteraciones derivadas de tumores primarios o metástasis en el cerebro, como sean por
ejemplo, las neoplasias, frecuentemente originarias de las regiones frontales o temporales, son