Este material es publicado según los términos de la Licencia Creative Commons Atribución–NoComercial 4.0. Se permite el uso,
distribución y reproducción no comerciales y sin restricciones en cualquier medio, siempre que sea debidamente citada la fuente
primaria de publicación.
Introducción
El bienestar psicológico de los niños y adolescentes, depende en buena medida de sus
adultos referentes. En el contexto de la crisis global que ha representado la pandemia
de COVID-19 aumentan los factores de riesgo que pueden actuar sobre la calidad de los
cuidados y la salud mental de la niñez.
(1)
La medida sanitaria de aislamiento físico en
los hogares desestructuró por completo la vida de este grupo poblacional y todos los
contextos de desarrollo de niños y adolescentes quedaron reducidos al ámbito hogareño.
La familia estaba funcionando con una gran sobrecarga de roles, dentro de las cuales la
de gratificar las necesidades de todo tipo cada vez más crecientes de los hijos, pudo no
ser siempre la prioridad o incluso, difícil de lograr, según cada contexto familiar
concreto.
(2)
Por la experiencia de la clínica infanto-juvenil conocemos que, una buena parte de los
problemas que presenta la niñez tienen que ver con el pobre conocimiento que tienen
los adultos acerca de su funcionamiento psicológico en cada periodo evolutivo. Entender
el impacto general de la COVID-19 sobre niños y adolescentes, requiere
imprescindiblemente que primero se comprendan las características del desarrollo de
los hijos y que logren una conexión empática con ellos. El desconocimiento sobre esos
temas complica el manejo de una situación inédita como la que se ha estado viviendo,
con mayor tendencia a prácticas educativas inadecuadas, malos tratos y violencia.
Además, madres, padres y otros cuidadores, requieren el apoyo más específico
relacionado con aprender a manejar los síntomas psicopatológicos y conductas
llamativas que expresan los infantes, como respuestas adaptativas a toda la adversidad
que han estado viviendo.
El proyecto Crianza Respetuosa surge en el contexto de la COVID-19 y del aislamiento
físico en los hogares en marzo del 2020.
(3)
Desde lo conceptual, defiende que el respeto
hacia el niño como sujeto relacional y de derechos, debe ser la base de cualquier estilo
de crianza, para desde ahí educar con afecto y propiciar su bienestar psicológico. Su
objetivo es lograr un servicio accesible de apoyo psicológico para familias con niños y
adolescentes, partiendo de la vulnerabilidad psicosocial de esta población, acrecentada
en momentos de crisis como los que se están viviendo. Por ello, se implementa en línea
a través de las aplicaciones de mensajería WhatsApp y Telegram. De este modo se busca
propiciar, mantener o rescatar la protección integral de los derechos de la infancia, con
énfasis en las prácticas de crianza libres de todo tipo de violencia.
El núcleo fundamental del proyecto es la combinación del ejercicio de la clínica infantil,
la cual consideramos, en primer lugar, una labor profesional de protección integral de
la infancia; con el llamado a seguir la conceptualización de la crianza respetuosa como
modo de encaminarse a promover el bienestar psicológico de los niños y adolescentes y
disfrutar más los roles de sus cuidados y educación. La despatologización de los
problemas psicológicos de la infancia y el énfasis en la labor de prevención y promoción
de salud mental, son premisas importantes del proyecto.