Autocontrol: Se refiere al control de los estados, impulsos negativos que perturban la conducta. Un
problema común que enfrentan los menores es el control de la ira. Quienes presentan esta dificultad son
emocionalmente frágiles, la agresión es su patrón de respuesta, por lo que resultan rechazados por sus
pares y sancionados por los adultos.
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El mal manejo de la tristeza también interfiere en la vida social de
niños y adolescentes y causa que sean menos elegidos por los pares para tareas de estudio o juego, lo que
implica un aislamiento social.
Automotivación: Se refiere a ordenar las emocionales al servicio de un objetivo. Los niños y adolescentes
también tienen metas que alcanzar, pero no siempre disponen de los recursos para lograrlo, aparece,
entonces, el desinterés y la indiferencia, que enmascaran la carencia de recursos para enfrentar las
dificultades y persistir ante los obstáculos.
Empatía: Se refiere a la conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas. Los niños y
adolescentes que no hacen una buena lectura de las señales emocionales de los demás, no logran establecer
la sintonía emocional con los otros.
Manejo de relación: Se refiere al manejo de las emociones de los demás. El compartir con los demás,
formar grupo y ajustarse a sus reglas, son tareas importantes de la edad escolar. Las dificultades en las
capacidades sociales afectan el aprendizaje social y compromete el bienestar a nivel individual y grupal.
Entrenamiento emocional en adolescentes con comportamiento suicida
El amplio espectro del comportamiento suicida incluye, desde la idea suicida en sus diferentes gradaciones,
hasta el acto suicida o el intento suicida, que se manifiesta cuando la amenaza del sujeto ocurre con los
medios disponibles para su realización, pero sin la consumación letal.
(7,8)
El año 2014 la UNICEF describió el suicidio como una de las tres causas principales de mortalidad entre
las personas con edades entre 15 y 35 años. Un número impresionante y lamentable de adolescentes
cometen suicidio anualmente y Cuba no está exenta de esta situación.
Varias investigaciones
(9,10,11,12)
reportan fuertes relaciones entre capacidades emocionales y el bienestar
psicológico, menos sintomatología ansiosa y depresiva, y mejores respuestas a elementos estresores. A la
vez, un débil desarrollo de estas capacidades actúa como factor de riesgo ante el consumo de drogas, el
estrés, la ansiedad, la depresión, actos de agresión hacia los otros o autodestructivos y, en particular, con
la idea o comportamiento suicida en adolescentes.